El café llegó a Europa alrededor del año 1600 mediante los mercaderes venecianos, El Papa Clemente VIII estuvo a punto de prohibir el café, pero después de probarlo bautizó la sorprendente bebida y declaró era una lástima dejar a los infieles sin ese placer, tanto los monjes como los Imanes aceptaron de buen grado el café ya que les perimitia estar despiertos durante mucho tiempo y mantener el espíritu limpio.
Los sabores que normalmente se le atribuyen a los distintos niveles de tueste son:
Tueste claro: predominan sabores cercanos al origen. Es decir, cercanos a la variedad y el procesamiento. En este tipo de tueste, el café puede tener una acidez pronunciada, un dulzor medio y una textura baja. Si no se tuesta suficiente y el grano queda crudo en el interior, el café no tendrá la solubilidad necesaria, por lo tanto se podrían percibir sabores a cereales o a cartón durante una cata o degustación.
Tueste medio: perfil sensorial equilibrado entre aromas, dulzor y textura. Es el tueste que normalmente se utiliza cuando se cata para analizar el potencial del café. A este nivel, el café logra la mayor intensidad de los sabores más importantes.
Tueste oscuro: un tueste oscuro no significa que el café esté quemado o carbonizado. De hecho, si el café revela aromas y sabores a ceniza o carbón, se trata de un error de tueste. En cambio, uno bien tostado de tipo oscuro revela notas achocolatadas con una textura pronunciada y una acidez baja.
El café es una infusión, también podemos hacer infusiones de multitud de plantas y frutos, las infusiones tienen infinidad de propiedades que pueden ser buenas para nuestra salud.
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