Las especias han tenido siempre un papel muy importante en la alimentación de los seres humanos, se han utilizado tanto para conservar como para sazonar alimentos.
Las especias son sustancias de origen vegetal que se utilizan para sazonar y conservar los alimentos. Tienen una gran capacidad aromatizante, por lo que suelen usarse en pequeñas cantidades, y pueden mezclarse entre sí para conseguir diferentes combinaciones. La mayoría provienen de Asia, aunque también hay algunas originarias del Mediterráneo y de América.
Azafrán, pimienta, pimentón, cardamomo, clavo, orégano, nuez mosca y canela son alguna de las especias más consumidas en el mundo.
Las grandes civilizaciones de la Edad Antigua también usaron las especias de diversas maneras: los egipcios las utilizaban como condimento, pero también como cosméticos e incluso en lociones relacionadas con el embalsamamiento.
Griegos y romanos usaban las especias en medicina, en la cocina y en algunas celebraciones religiosas.
En la Edad Media se nota un descenso en el uso de las especias en la cocina europea, mientras que los árabes destacan por el uso y conocimiento de estos productos.
También las especias han tenido un papel relevante en la elaboración de salsas, cuyas primeras referencias encontramos en la época medieval.